(MyT Madrid) “Nuestra Iglesia no es una escriba, el espíritu nos planta en campo abierto y nos llama a aventurarnos en caminos nuevos inseguros y llanos de incógnitas, pero también nuevos e inéditos,… nos llama a salir de los viejos sepulcros de viejas  seguridades y declaraciones.”

“Todo espacio es sagrado. La liturgia exige la formación y participación activa de todos los fieles. El Concilio nos invita al ecumenismo vital y espiritual. Necesitamos auscultar la realidad y ejercer como laicos: en red, con empoderamiento, en los márgenes,…”

 “Estamos llamadas a ser nosotras mismas en la Iglesia y en el mundo. Esto es complicado, lo antiguo no vale y no hay modelos futuros, ante lo nuevo nos preguntamos cómo irnos encontrando. ¿Por dónde guía Dios?”

“¿Cuál es el nuevo organigrama de Iglesia? ¿? O mejor dicho, cuál es el verdadero y esencial, el original… El intento a volver al sentido de Iglesia como comunidad y pueblo de Dios, es la comunidad de los bautizados y no solo de los ordenados. Una tarea pendiente es la de redefinir la identidad de la VR y la identidad del sacerdocio, ya que al cambiar la identidad del laicado (Vat. II). El laicado no son miembros pasivos sino que hemos de ser miembros activos.”

“El movimiento feminista ha de trabajar por el cambio de paradigma, no se trata de un intercambio de poder entre mujeres-hombres.”

“GAUDIUM ET SPES fue un movimiento hacia dentro del mundo y hacia dentro de la vida religiosa femenina: la iglesia de los pobres, el desplazamiento hacia los márgenes.  Una llamada a volver al evangelio, a lo fundamental. Yo me daba cuenta de que había un camino hacia delante que ya no tenía retorno: la apertura hacia los barrios y hacia lo marginal… Aprendí a comprender la vida desde abajo, y desde ahí abrirme al mundo. Fui despertando a dinamismos de mi ser mujer que estaban dormidos… me fui abriendo al cambio de forma progresiva e integradora hacia una experiencia religiosa encarnada. El fuego del Concilio Vaticano II fue tan fuerte que es imposible de apagar.”