
Nido de poesía: Nicolás de la Carrera. religion digital
Versos para orar con la naturaleza
Los presentes versos de la mística Ernestina de Champourcin impresionan hondamente, y se vislumbra en ellos cierta ingenuidad no exenta de sabiduría. Sufrir un tormentón en medio del campo puede llegar a ser, también hoy, una experiencia de inolvidable conmoción. La poeta vitoriana refiere a Dios su miedo y se confía a Él. Pasado ya el suceso, incluso se queja al Señor: “has atravesado el mundo sin mirarme”. Sugerencia: la tormenta atmosférica es símbolo de otros acontecimientos personales que con frecuencia conmocionan nuestra existencia. ¿Por qué no confiar en Dios y abandonarse a su providencia?
VISIÓN
Has cruzado los cielos con tu rayo de oro
y has barrido la tierra cubierta de hojarasca.
¡Vendaval de tu paso implacable y seguro,
polvareda tupida que te esconde y ampara!
Algunos te han sentido; quizá los moribundos
y los niños que miran con nitidez de espada…
Ahora llueve y sabemos que pasaste muy cerca.
La brisa que has alzado se enreda a mi garganta.
Di, ¿por qué nos rozaste sin nombrarnos siquiera?
¿Temiste que la angustia de la pasión humana
te obligase otra vez a ofrendarnos la vida,
a echarnos nuevamente tu luz crucificada?
Los árboles te vieron: un dulce escalofrío
recorre todavía el lomo de sus ramas.
Pero has atravesado el mundo sin mirarme.
Di, ¿por qué me esquivaste cuando yo te esperaba?
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