SENTIR UNA CARICIA

Sonia Goyeneche – (Simone.). https://www.espiritualidadpamplona-irunea.org/

Gritos. Sustos. Caos, líos, embrollos. Discusiones. Conflictos. Peleas…

No es lo que una quiere vivir, pero a veces es lo que hay.

Impotencia, desgana, tristeza, rabia, dolor, miedo…

No es lo que más apetece sentir, pero a veces es lo que hay, o lo que llega como secuela de lo que se vive o de lo que nace por dentro.

A veces hay días que se cruzan, no oyes el despertador, se escapa el bus, no te salen las cosas a la primera… o tiene mal día tu compañera de trabajo y decide no hablarte, ignorarte… Y a una todo se le hace cuesta arriba.

Y aunque me resista como gato panza arriba, a veces es lo que toca transitar, sí o sí.

Entonces la mente parece tomar el mando, y los pensamientos vuelan dentro de una. Y a pesar de que sé que el sufrimiento llega por las cosas que nos decimos… a veces, no puedo evitarlo.

Es como si la atención y el presente se difuminaran y, en apariencia, sólo en apariencia, desapareciesen de esa burbuja que me envuelve de nuevo… porque a veces no puedo evitarlo.

Entonces, sólo entonces, cuando ya estoy atrapada, sólo queda respirar. Respirar suave. Parar en seco para poder cerrar los ojos un instante… y respirar.

Y entonces, sólo entonces, surge un pensamiento, que es a la vez sensación, que a su vez conecta con una experiencia…

Respirar es como una caricia. Como si la vida misma acariciase cada órgano, cada célula, cada espacio interior… desde la punta del pelo de la coronilla hasta la punta del dedo del pie.

Una caricia suave, delicada, cargada de ternura…

Sólo en presente, atenta y en silencio, se puede llegar a intuir la sombra de esa sensación…

Y reconforta. Reconforta mucho, aunque sólo sea una insinuación…

No libra de nada.

Pero aviva la vida, y refuerza, y sostiene… Y más tarde o más pronto, acaba dibujando una sonrisa en la cara.

Sonreír siempre predispone para ver las cosas buenas de todo, y las malas también; pero esa misma sonrisa pone distancia, como si encogiera un poquito el ego. Y aunque la mente sigue revolucionada, está en segundo plano.

Para mí eso, sentir esa caricia, ser consciente de ella, es rozar Ser, en esa espaciosidad, en ese silencio que lo penetra todo… Que soy.

Sonia Goyeneche (Simone)

Deja un comentario