Mercedes Carrizosa. Mujeres y teologia
Para Lucas, Jesús, es el comienzo de una nueva y definitiva Historia pues con él, ha hecho su aparición el Reinado de Dios. Su crecimiento lo constituye la Iglesia, la comunidad de discípulos que continúan la época del Espíritu, inaugurada con Jesús.
Lucas en sus relatos está lleno de afectos y sentimientos, nombrado como el EVANGELIO DE LA MISERICORDIA. El menciona, egoísmo-amor, en lugar de la observancia de la Ley. El prójimo no es un concepto legal, sino que la relación con el prójimo se crea (Lc 10, 29-36). A través del Amor y el Servicio (9, 46.48; 12, 42-48; 22, 24-27) entra el discípulo en una nueva relación con Dios Padre (6, 35; 10, 21-22).
Una de las características de Lucas es su insistencia en la oración de Jesús que marca siempre un momento importante en su vida.
Otra característica es que Jesús, se identificaba en su pobreza y transmitía la energía del Espíritu: “para DIOS no hay nada imposible”.
Lucas es un hombre tocado por la Salvación, ha cambiado su propia vida, desde la experiencia y nos presenta una Buena Noticia. Lucas emplea las palabras Sanación y Salvación en dos conceptos: “Física y Espiritual”. Cuando la gente estaba en contacto con Jesús se dejaban sanar-salvar. Cambiaban su vida.
En su evangelio, las mujeres están presentes constantemente, se las presenta pasando del dolor a la salvación y recuperaban la energía vital. Ellas quedaban transformadas. Estas mujeres se encontraron con Jesús en la vida diaria; comiendo, caminando, en el Templo echando una moneda. Quedaron abiertas a la vida de la Salvación.