Mª Luisa Arnal. mujeres y teologia
Nace el 15 de julio de 1850 en la Lombardía (Italia), y fue la menor de los trece hijos de Agostino Cabriniy Stella Oldini. Nacida prematuramente, su salud fue delicada durante sus 67 años de vida.
A los 27 años es la superiora de un orfanato donde ejerce la enseñanza pero el orfanato se cierra y en el año 1889, el obispo de Piacenza recurre a la Madre Cabrini. Había recibidofrecuentes solicitudes de enviar a dos o tres monjas a Nueva York; para establecer con éxito una escuela y evitar, entre otras cosas, que muchos jóvenes italianos se sientan atraídos por las iglesias protestantes.
También hay una benefactora americana, casada con un italiano, que solicita monjas porque tiene la intención de fundar una escuela de formación profesional para jóvenes italianas.
Frente a esta propuesta Francisca Cabrini siente angustia, razón por la cual ora intensamente, busca consejo, se va a Roma para consultar con algunos amigos y con el secretario de Propaganda Fide.Todo el mundo la tranquiliza y la invita a partir; pero a pesar de todo pide una audiencia al papa León XIII, la reunión no resuelve sus dudas ella escribe: “A partir de este momento tendremos que dirigir nuestros pensamientos a América y pronto vamos a cruzar el océano con la más profunda alegría en nuestro corazón”
La noche del 24 de Febrero de 1889 Francisca Javier Cabrini tiene un sueño, al igual que en una visión habla con su madre, la Virgen María, con el Sagrado Corazón y la venerable Antonia Belloni de Codogno, todos ellos la invitan a no tener miedo de ir a América, porque todo ha sido preparado.
Reza continuamente pero sigue con inquietud y visita de nuevo al Papa León XIII., en esta ocasión el Papa no le deja dudas diciéndole: “No vayan hacia Oriente, sino hacia Occidente. Su Instituto es todavía joven y tiene necesidad de recursos. Vayan a los Estados Unidos, los encontrarán y con ellos, un gran campo de trabajo”
El 18 de Marzo, las primeras seis hermanas Misioneras del Sagrado Corazón destinadas a América, junto con su fundadora, reciben el crucifijo misionero de las manos del Mons. Scalabrini, parten de Génova, ninguna conocía el mar, y en la dura travesía ya comparten apiñadas con hombres y mujeres, las terribles condiciones en que vivían los migrantes.
La llegada a N.Y.la provoca una gran decepción, los misioneros que la esperaban, le dicen que ha llegado demasiado pronto y su alojamiento no está preparado, esa noche descansan en una sucia posada y al día siguiente cuando van a presentarse al Arzobispo irlandés, este le da orden de regresar de nuevo a Italia, ya que no querían ver nada con los migrantes italianos, ya que los consideraban pobres, sucios e ignorantes, y ni siquiera los dejaban entrar en sus iglesias.
A Francisca esta experiencia le confirma la necesidad de quedarse y sin saber nada de inglés se pone manos a la obra para encontrar una sede digna y benefactores que financien susazan y hacer de ellos hombres de bien”.
Francisca Cabrini y sus hermanas llegan a expandirse a Chicago, Seattle, Nueva Orleáns, Denver, Los Ángeles, y en algunos países de Sudaméricay Europa. En 1909se nacionalizó estadounidense, junto a sus hermanas.
Vio el lado positivo de la libertad y la coexistencia de religiones, como posibilidades de inserción, garantía de una tolerancia inexistente en Europa.
En cada casa que fundaba establecía una red con la escuela parroquial, visita y ropa a los más necesitados, alentaba a bautizar a los niños y a regularizar los matrimonios, siempre que alguien con dificultades acudía a las hermanas le acogían en la búsqueda de trabajo, acogida a niños sin familia, ayuda en la asistencia legal, incluso a los que querían repatriarse. Había una secretaria que los ayudaba a escribir a sus casas, a cumplir con la burocracia de las instituciones del país.
Utilizaban el italiano en los servicios religiosos en las obras de teatro de las escuelas, pero se preocupó de garantizar la lengua local para favorecer la inserción.
Atendió en las prisiones, a los mineros, dirigiéndose a ellos con dulzura, encontraron en estas mujeres el primer contacto humano después de meses de fatigas, aislamiento y humillaciones, su objetivo fue infundir dignidad en las personas que habían fracasado en el éxodo.
Sus colegios, hospitales y orfanatos estaban rodeados de espacios verdes, promocionaba la inauguración, con fiestas a las que invitaba a autoridades tanto religiosas como laicas en donde se degustaban comidas italianas y se escuchaba música lírica italiana, todo ello favoreció la imagen de la inmigración italiana.
Lucho en barrios para que sus paisanos no estuvieran reducidos en guetos, le sabotearon un hospital en construcción y enseguida hizo ocuparlo por algunos enfermos, para evitar nuevos ataques, en Seattle, transformó un hotel de lujo en hospital
La madre Cabrini, que vivió como una migrante más para favorecer la integración, falleció de disenteríaen el hospital Columbus de Chicagoen 1917
Sus restos se encuentran enterrados en la Escuela Secundaria Madre Cabrini en avenida Fort Washington 701 (Manhattan). Su símbolo es una maleta, de hecho su maleta de piel se encuentra en el museo que tiene dedicado en la Casa Madre de Codogno, de donde partió.
Uno de los problemas más graves de nuestro tiempo es el de la emigración, en aquella época era Europa pobre la que buscaba en las Américas un futuro, hoy en día, Europa que fue tierra de partida se ha convertido en tierra de llegada de los que huyen de países del Tercer Mundo, y no está respondiendo adecuadamente.
Francisca Cabrini y sus hermanas hace 100 años captaron e identificaron en el migrante al hombre sin raíces, sin pertenencia religiosa ni de patria, el hombre que tiene que construirse en su nuevo lugar una nueva identidad y una nueva vida. Hoy su vida es más actual y más importante que nunca.
REFLEXIONAMOS SOBRE SU ESPIRITUALIDAD:
La oración de Francisca para tomar decisiones nos confirma, la necesidad de orar en los momentos difíciles y meditar y escuchar en nuestro interior, la voz del Espíritu, la Ruah.
La emigración, los refugiados siguen siendo uno de los mayores problemas a nivel mundial, Nos gustaría estar cerca de ellos para poder ayudarlos directamente. Pero en el día a día ¿como acogemos desde nuestra vida más o menos cómoda a los que tenemos cerca y nos necesitan?
Francisca es una mujer llena de Esperanza, que se enfrenta a una sociedad que le es totalmente desconocida, debe controlar sus miedos, porque quiere cambiar la situación de sus hermanos en esa nueva sociedad que les rechaza.
Su fe en Dios y el Amor, hacen el resto.